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Trastorno bipolar en niños y adolescentes

(Bipolar Disorder in Children and Teens)

¿Qué es el trastorno bipolar?

El trastorno bipolar (BPD, por sus siglas en inglés) es una enfermedad mental grave. Los niños con este trastorno presentan cambios extremos en el estado de ánimo y la conducta. En la fase maníaca, tienen niveles elevados de energía y se muestran muy activos. En la fase depresiva, están tristes y tienen poca energía. Estos estados de ánimo son más frecuentes y mucho más graves que los típicos para los niños de la misma edad. El trastorno bipolar se denominaba antes enfermedad maníaco-depresiva.

¿Cuál es la causa?

Las causas de este trastorno no son claras. El trastorno bipolar es hereditario. Si los padres tienen trastorno bipolar o depresión, los hijos tienen más probabilidades de tener estas enfermedades.

Un primer episodio de manía o depresión puede ser provocado por el abuso de sustancias, la muerte de un familiar, el divorcio de los padres, la ruptura con un novio o novia u otros acontecimientos traumáticos. Sin embargo, el trastorno bipolar suele presentarse sin que haya un acontecimiento específico.

¿Cuáles son los síntomas?

El trastorno bipolar en niños y adolescentes no es igual que en los adultos. En los adultos, a menudo hay episodios claros de manía o depresión que duran una semana o más. En la fase maníaca, la persona tiene mucha energía y puede actuar de manera alocada e imprudente. Con frecuencia, esta fase está seguida de depresión.

En los niños y adolescentes, las fases son menos claras y los cambios entre ellas puede ser más rápidos. Los niños deprimidos son más propensos a estar irritables, de mal humor y retraídos, y menos propensos a sentirse tristes o desesperanzados que los adultos deprimidos. Los niños pueden alternar entre las fases depresiva y maníaca hasta una vez o dos veces al día. Esto se denomina “ciclos rápidos”.

Muchos expertos consideran que los niños de apenas 5 o 6 años pueden presentar signos de trastorno bipolar. Otros expertos creen que este trastorno no puede diagnosticarse hasta finales de la adolescencia. Algunos niños y jóvenes en los comienzos de la adolescencia pueden mostrar un “estado mezclado”. En un estado mezclado, la depresión y la manía se presentan al mismo tiempo.

Es posible que un niño en la fase maníaca actúe de la siguiente manera:

  • Tenga berrinches frecuentes.
  • Actúe de manera excepcionalmente tonta en comparación con otros de la misma edad.
  • Sea rebelde y destructivo, y no siga las reglas.
  • Sea más sexualmente activo.
  • Tenga explosiones de energía y pase días sin dormir o durmiendo muy poco sin sentirse cansado.
  • Sea impaciente y no pueda esperar a que las cosas sucedan.
  • Hable muy rápidamente, no deje que otros hablen y es posible que cambie de tema muy rápidamente.
  • Se distraiga, tenga dificultad para concentrarse y pase de una idea a otra repentinamente.
  • Sea demasiado activo y actúe imprudentemente, por ejemplo, participar en actividades sexuales riesgosas, correr entre el tráfico o andar en bicicleta o patineta de forma alocada.

Es posible que un niño en la fase depresiva actúe de la siguiente manera:

  • Parezca que no le interesa nada.
  • Tenga poca energía y esté aburrido o inquieto.
  • Pierda interés en los amigos o compañeros de clase.
  • Tenga problemas para concentrarse o recordar cosas.
  • Tenga problemas para dormir, se despierte muy temprano o duerma mucho.
  • Coma muy poco o elija los alimentos de forma muy selectiva.
  • Diga cosas negativas como “Soy estúpido” o “Me odio”.
  • Deje de realizar actividades que antes disfrutaba.
  • Hable sobre la muerte y el suicidio, por ejemplo, decir “Desearía estar muerto”.

Cuando están deprimidos, es posible que los adolescentes:

  • estén retraídos
  • tengan problemas para concentrarse
  • tengan menos energía y es posible que duerman más
  • estén más irritables
  • tiendan a no admitir que están tristes y deprimidos

Durante la fase maníaca, es posible que los adolescentes:

  • parezcan estar más irritables
  • sean más impulsivos, más sexualmente activos y que tengan mucha energía
  • necesiten dormir menos de lo habitual

¿Cómo se diagnostica?

A veces, es difícil distinguir el trastorno bipolar de otros problemas tales como el abuso de sustancias, la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático. Muchos síntomas también se asocian con síntomas de otros trastornos. Un terapeuta de salud mental que se especializa en niños y adolescentes es la persona mejor calificada para diagnosticar el trastorno bipolar.

El terapeuta le preguntará sobre los síntomas y la conducta de su hijo, la historia clínica y los antecedentes familiares, y los medicamentos que su hijo esté tomando. Es posible que se le deban realizar pruebas de laboratorio a su hijo para descartar problemas médicos.

Es posible que los niños y adolescentes también tengan otros trastornos además del trastorno bipolar, por ejemplo:

  • trastornos de ansiedad
  • trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH)
  • trastorno de conducta (conductas delictivas como robo y actividad delictiva)
  • trastorno de oposición desafiante
  • abuso de sustancias

¿Cómo se trata?

Tanto los medicamentos como la terapia se utilizan para tratar el trastorno bipolar.

Es posible que su hijo deba comenzar a tomar medicamentos antes de que la terapia haga efecto. Hay varios tipos de medicamentos que ayudan a tratar la depresión. Su profesional médico trabajará con usted para seleccionar cuidadosamente la mejor opción para su hijo.

Si su hijo tiene trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), se le pueden recetar medicamentos para esta enfermedad. Sin embargo, en algunos casos, los medicamentos para el TDAH pueden desencadenar síntomas de manía o cambios de humor en los niños con trastorno bipolar. Los medicamentos antidepresivos también pueden producir síntomas de trastorno bipolar en los niños.

Es importante contar con un profesional con experiencia para que trabaje con su hijo. El terapeuta de su hijo deberá controlar los síntomas y medicamentos de su hijo a menudo.

La terapia cognitivo conductual (TCC) ayuda a que los niños puedan controlar los síntomas físicos, pensamientos negativos y conductas problemáticas.

Con frecuencia, la terapia familiar resulta muy útil. En lugar de enfocarse solo en el niño, la terapia familiar trata a la familia como un conjunto. Los niños suelen sentirse muy acompañados cuando los padres y hermanos asisten a terapia con ellos y trabajan como grupo.

La terapia interpersonal y la psicoeducación (aprender sobre la enfermedad y las formas de reducir los síntomas) también han demostrado ser de utilidad.

¿Cuánto tiempo durarán los efectos?

Aproximadamente el 10% de los adolescentes que tienen un episodio importante de depresión que dura varias semanas presentan un trastorno bipolar cuando son adultos.

El trastorno bipolar es un problema que dura toda la vida. Sin tratamiento, es probable que empeore. Sin embargo, con medicamentos y terapia regular se puede controlar con frecuencia sin problemas. Muchos niños viven normalmente una vez que se inicia un buen programa de tratamiento.

¿Qué puedo hacer para ayudar a mi hijo?

Si su hijo presenta conductas suicidas, busque ayuda profesional de inmediato. Sin tratamiento, casi 1 de cada 5 personas con trastorno bipolar se suicidan.

  • Obtenga toda la información que pueda. Lea, participe en grupos de apoyo y póngase en contacto con otras personas que estén enfrentando el trastorno bipolar.
  • Asegúrese de que su hijo tome los medicamentos todos los días, inclusive si se siente bien. Suspender los medicamentos cuando su hijo se siente bien puede provocar episodios maníacos o depresivos.
  • Siga las rutinas diarias, como los horarios regulares para comer y dormir.
  • Haga que las actividades para su hijo sean muy estructuradas y predecibles.
  • Sea firme y coherente con las reglas y consecuencias. Mantener la calma y el control mientras hace cumplir las reglas y consecuencias es importante para los niños con trastorno bipolar.
  • Controle a su hijo para detectar los primeros signos de un episodio maníaco o depresivo. Manténgase en contacto con maestros, niñeras y consejeros para compartir información sobre los síntomas que su hijo pueda tener.
  • Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente y realice ejercicios a diario.
  • Enséñele a su hijo a evitar el alcohol, la cafeína, la nicotina y las drogas.
  • Consulte al profesional médico que atiende a su hijo antes de administrarle otros medicamentos para asegurarse de que no haya ningún conflicto con sus medicamentos para el trastorno bipolar.

¿Cuándo debo buscar ayuda?

Si su hijo presenta los síntomas de trastorno bipolar mencionados anteriormente con frecuencia, busque ayuda profesional. No intente tratar estos síntomas solo. Su hijo necesita tratamiento profesional.

Busque atención de emergencia si su hijo tiene pensamientos suicidas o quiere lastimar a otros, o si la conducta maníaca los pone en peligro a usted, a otras personas o a su hijo.

Para obtener más información, comuníquese con:

Alianza de Apoyo a Personas con Depresión y Trastorno Bipolar (Depression and Bipolar Support Alliance)
Teléfono: 800-826-3632
Sitio web: http://www.dbsalliance.org

Alianza Nacional de Enfermedades Mentales (National Alliance for the Mentally Ill)
Teléfono: 800-950-NAMI (6264)
Sitio web: http://www.nami.org

Instituto Nacional de Salud Mental (National Institute of Mental Health)
Teléfono: 866-615-NIMH (6464)
Sitio web: http://www.nimh.nih.gov/

Alianza Nacional Para la Salud Mental (National Mental Health Alliance)
Teléfono: 800-969-NMHA (6642)
Sitio web: http://www.nmha.org

Escrito por Gayle Zieman, PhD, por RelayHealth.
Pediatric Advisor 2012.2 published by RelayHealth.
Last modified: 2011-12-29
Last reviewed: 2011-06-28
Este material se revisa periódicamente y está sujeto a cambios en la medida que aparezca nueva información médica. Se proporciona sólo para fines informativos y educativos, y no pretende reemplazar la evaluación, consejo, diagnóstico o tratamiento médico proporcionados por su profesional de atención de la salud.
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